TOXICOLOGIA FORENSE
Con el avance tecnológico y el desarrollo de la
ciencia toxicológica, este campo de estudio fue
tomando identidad propia, como una disciplina
aplicada que hace uso de la química analítica, la
toxicocinética, la toxicodinamia, la farmacología y
varias áreas de estudio más, que requiere de un
profesional con competencias específicas: “El
Toxicólogo Forense”. Hoy en día, el laboratorio de
Toxicología Forense tiene como función primordial
aislar e identificar drogas, venenos y otros
compuestos químicos en fluidos y tejidos
humanos, relacionados con hechos que son objeto
de la investigación criminal; cuando es pertinente,
estos compuestos son cuantificados.
ÁREAS DE LA TOXICOLOGÍA FORENSE
Originalmente, la Toxicología Forense se asoció al
estudio de la muerte por envenenamiento;
posteriormente, otras circunstancias denotan la
necesidad de valorar las alteraciones fisiológicas
que producen las sustancias una vez que ingresan
al organismo, ingeridas, inyectadas, a través de la
piel o de alguna otra manera, y la forma en que
estas inciden sobre hechos delictivos, efectos
distintos a la muerte; por ejemplo, cuando la
ingesta de alcohol influye en un hecho de tránsito
o cuando una persona es sometida a la voluntad
de otra, bajo el efecto de una droga o un error en
la prescripción médica que lleva a efectos lesivos
para la salud de un paciente o bien el consumo
intencional de ciertas sustancias que proporciona
ventajas en una competencia deportiva. Es así que
la Toxicología Forense, no sólo ha madurado como
ciencia, sino que se ha diversificado.
Actualmente se destacan cuatro sub-disciplinas:
La toxicología post mortem
La toxicología conductual.
La toxicología antidopaje.
La toxicología forense en el
lugar de trabajo.
La Toxicología post mortem se aplica para
determinar sustancias de interés toxicológico en
las muestras extraídas del cadáver, colaborando
con el médico autopsiante en el estudio de las
causas de muerte asociadas con tóxicos, donde
éstas se establecen como el agente de muerte o
bien inciden de alguna manera contribuyente a la
misma.
La toxicología conductual se aplica a la
identificación y la determinación cuantitativa de
drogas que alteran la conducta del individuo,
induciendo comportamientos agresivos, o bien
incapacitantes de las funciones físicas y mentales
o que actúan como disociativos alterando la
percepción de la realidad o abstrayendo al
individuo completamente de la misma.
La
toxicología conductual sirve a la clínica forense,
especialmente cuando se trata de investigaciones
de hechos de tránsito donde la valoración del
estado de ebriedad del conductor, y a veces de la
víctima, es relevante, así como en la investigación
de los delitos sexuales en general y sobre todo en
aquellos donde se sospecha la sumisión química,
es decir cuando se presume del uso de una
sustancia psicoactiva con el objeto de manipular la
voluntad de las personas o modificar su
comportamiento a favor del agresor
La toxicología antidopaje se dedica a la
investigación del consumo de drogas y otras
sustancias que modifican el desempeño del
individuo en el deporte, tales como anabólicos y
diversos fármacos, constituyéndose como práctica
fraudulenta. Resaltan en esta área las funciones
del Comité Olímpico Internacional (COI) y la
Agencia Mundial Antidopaje (World Anti‐Doping
Agency, WADA).
La toxicología forense en el lugar de trabajo se
desarrolla conforme a esquemas reglamentados,
con el fin de determinar el consumo de drogas por
trabajadores con funciones sensibles, tales como
los agentes policiales y otros del sector de
seguridad y justicia.
“La Toxicología Forense
enfrenta nuevos retos
con la aparición de
nuevas sustancias
psicoactivas, los delitos
ambientales entre otros.
Se requiere además
que los servicios
forenses demuestren
objetivamente su
competencia técnica y
que cumple"
BIBLIOGRAFIA
http://www.bvs.hn/RCFH/pdf/2016/pdf/RCFH2-1-2016-11.pdf
BIBLIOGRAFIA
http://www.bvs.hn/RCFH/pdf/2016/pdf/RCFH2-1-2016-11.pdf
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